¿Te has preguntado si es bueno o es malo crujirse los dedos? ¿Qué sucede cuando alguien lo hace?
Es común encontrar personas que tienen el hábito de crujirse los dedos. A algunos les resulta placentero, mientras que a otros les genera cierto rechazo.
Las articulaciones del cuerpo están compuestas por dos huesos o por un hueso y un cartílago. Cada articulación está rodeada por una cápsula llena de líquido sinovial y diversos gases. Esta cápsula lubrica la articulación, facilitando su movimiento.
¿Qué sucede cuando al crujirse los dedos?
Al realizar el gesto de crujir los dedos, se incrementa el espacio entre los huesos de la articulación, dilatándose la cápsula del líquido sinovial. Es lo que se conoce como cavitación y provoca una disminución en la solubilidad de los gases presentes en el líquido. Al liberarse estos gases en forma de burbujas, explotan rápidamente, generando el sonido característico.
Más que un crujido, lo que se escucha es una pequeña explosión que se produce tras reducirse el espacio en la bolsa sinovial. Una vez que los gases salen de la solución líquida, vuelven poco a poco a su posición inicial.
Crujir los dedos puede resultar placentero
Además, al crujir los dedos, se estimulan ciertas terminaciones nerviosas que generan una sensación placentera. Sin embargo, esta sensación no se produce en personas con patologías como la artritis, donde crujir los dedos puede resultar doloroso.
Entonces, ¿es malo crujirse los dedos?
Crujir los dedos de las manos no es perjudicial si se hace de forma espontánea. Este hábito no causa desgaste en las articulaciones, ni daña los huesos o cartílagos. Más bien baja la tensión de la articulación, deja el espacio articular más amplio y con mayor rango de movimiento.
Normalmente, hay que dejar pasar unos 15-20 minutos para que las burbujas microscópicas se disuelvan otra vez en el líquido sinovial y el espacio articular se retraiga a su posición habitual.
Sin embargo, las personas que crujen los dedos con mucha frecuencia, como por un tic nervioso, deben tener cuidado, ya que podría aparecer una lesión en las estructuras ligamentosas, tendinosas o un desgaste articular.
Consejos para dejar de crujirse los dedos
Si esta práctica es ocasional, no hay por qué dejarla. Otra cosa es hacerlo de forma compulsiva, puesto que además de tener consecuencias negativas para las articulaciones, puede resultar desagradable para las personas de su entorno e incluso ser visto como una falta de educación.
En cuanto a las recomendaciones para dejar este hábito, realiza ejercicios de muñeca y dedos y sustituye el hábito por otros movimientos o gestos, como sujetar un bolígrafo o cruzar los dedos.
Fisioterapeuta en Jaén, Pablo Carvajal
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