El ictus o infarto cerebral es una patología que afecta a los vasos sanguíneos del cerebro y que puede provocar secuelas como alteración de la sensibilidad, debilidad muscular y falta de coordinación. La fisioterapia en ictus de forma precoz tras el diagnóstico es clave para una mejor recuperación.
¿Qué beneficios tiene la fisioterapia en los primeros seis meses después de padecer un infarto cerebral? ¿Qué ventajas ofrece un buen fisioterapeuta a tu lado durante tu proceso de recuperación? Desde Clínica Fisioterapia Jaén Pablo Carvajal resolvemos tus dudas, pero antes vamos a definir qué es el ictus.
¿Qué es el ictus o infarto cerebral?
El ictus, también llamado infarto cerebral, es una enfermedad cerebrovascular que ocurre cuando se rompe o se tapa un vaso sanguíneo, reduciendo así el flujo de sangre que llega a las distintas zonas del cerebro. La sangre no circula por el cerebro de manera adecuada y, como resultado, las células nerviosas no obtienen oxígeno, dejando de funcionar. Al ictus también se le denomina Accidente Cerebro Vascular (ACV).
Los síntomas suelen aparecer de forma repentina y de rápido avance. Incluyen:
- Pérdida de fuerza o sensibilidad
- Debilidad en la cara, brazo y pierna de un lado del cuerpo
- Visión borrosa
- Sensación de mareo
- Alteración brusca del habla
- Dolor de cabeza intenso
¿Por qué es fundamental la fisioterapia para la recuperación de un ictus?
La fisioterapia tiene un papel muy relevante en la recuperación y en la reducción de las secuelas de un ictus. Su meta principal es estimular la plasticidad cerebral para recuperar las funciones dañadas o preservar las que siguen intactas.
El cerebro tiene la capacidad de aprender mediante la repetición. Por eso, el paciente debe perseverar en practicar, una y otra vez, las diferentes actividades cotidianas del día a día.
Es importante comenzar el proceso de neurorrehabilitación en los primeros 6 meses tras el ictus, para aprovechar la neuroplasticidad. Es decir, la capacidad de las neuronas o grupos de neuronas de cambiar su actividad e incluso su forma como respuesta a cambios del entorno o de uso.
Los programas de rehabilitación deben ser específicos e individuales. Consisten en la combinación de técnicas de fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional y psicología (según las necesidades del paciente).
Fisioterapia en ictus
Lo ideal es que el fisioterapeuta empiece a trabajar con el paciente en el propio hospital unas horas después de ocurrir el ictus. El tratamiento fisioterápico empezará con movilizaciones y cuidados posturales mientras el paciente está en cama. En las 48 o 72 horas posteriores al ictus, el fisioterapeuta debe ayudar al paciente a pasar a la posición de sentado.
Tras esta primera fase, deberá iniciar otra fase importante: la fisioterapia a domicilio.
El primer paso será establecer unos objetivos a lograr que tienen que estar relacionados con su día a día. Es fundamental que el paciente sienta como propios estos objetivos para hacerlo partícipe de su recuperación.
No se trata de establecer objetivos como levantar un brazo o mejorar en la movilidad de los dedos. La clave es establecer desafíos más cercanos que colaboren en mejorar la calidad de vida del paciente.
Superar los obstáculos de movilidad que el propio hogar del paciente presenta en el desarrollo de sus tareas cotidianas es el primer objetivo de un buen tratamiento de fisioterapia a domicilio. En este sentido, el paciente mejora no solo en el aspecto físico y cognitivo, también en el emocional para mejorar su calidad de vida.
En Clínica Fisioterapia Jaén Pablo Carvajal contamos con especialistas en fisioterapia neurológica para el tratamiento del ictus. Déjate asesorar por un fisioterapeuta colegiado en tu propia casa y disfruta de un tratamiento fisioterapéutico personalizado.
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