Los calambres en los pies son una molestia común que puede afectar a personas de todas las edades y estilos de vida. Ya sea que ocurran durante la noche, después de un largo día de trabajo, o tras una intensa sesión de ejercicio, estos espasmos musculares pueden ser dolorosos y molestos.
En este artículo, tu fisioterapeuta en Jaén Pablo Carvajal, te cuenta las causas más frecuentes de los calambres en los pies, cómo prevenirlos y qué tratamientos pueden ofrecer alivio.
¿Qué son los calambres?
Los calambres son espasmos musculares dolorosos que consisten en contracciones involuntarias de uno o más músculos, sobre las cuales no tenemos control y no podemos detener. Estas contracciones pueden durar desde varios segundos hasta unos pocos minutos y, aunque no tienen efectos negativos a largo plazo, pueden ser bastante molestos y repetirse varias veces antes de desaparecer.
Los calambres musculares suelen aparecer con mayor frecuencia en las extremidades, especialmente en las piernas y los pies. Se manifiestan con dolor e impotencia funcional, y generalmente son consecuencia de un esfuerzo explosivo o una demanda excesiva de la musculatura.
Son comunes en ancianos, mujeres embarazadas, personas con patologías que afectan a las motoneuronas y deportistas. Si los calambres ocurren de forma continua, podrían indicar la presencia de una patología relacionada con el sistema nervioso o circulatorio.
Estos espasmos suelen producirse durante periodos prolongados de ejercicio físico, y su incidencia aumenta en ambientes calurosos.
Diferencia entre calambre y sobrecarga muscular
La principal diferencia entre un calambre y una sobrecarga muscular radica en su aparición. El calambre surge de manera brusca y casi instantánea, mientras que la sobrecarga se desarrolla de forma progresiva. Ambos pueden ser resultado de un sobreesfuerzo, ya sea en el ámbito deportivo o laboral.
Los síntomas de la sobrecarga incluyen rigidez muscular, dolor y disminución de la flexibilidad.
Tipos de calambres
Existen varios tipos de calambres según su forma y causa. Algunos de los más frecuentes son:
- Calambre común: Es la forma más frecuente y ocurre sin ninguna patología previa, generalmente en reposo y durante la noche. Es muy común en el gemelo o en los músculos de la planta del pie.
- Calambres por afectación de las motoneuronas: Se presentan en patologías nerviosas que afectan a las motoneuronas, como la esclerosis lateral amiotrófica o la polineuropatía que cursa con daño en la motoneurona. También pueden ocurrir en casos de poliomielitis o patologías que conllevan una compresión de la raíz nerviosa.
- Calambres por hemodiálisis: Ocurren tras una sesión de diálisis, normalmente en los miembros inferiores.
- Calambres por calor: Afectan a personas que realizan una alta demanda muscular en ambientes calurosos. Son comunes en carreras, maratones o triatlones en épocas o zonas calurosas y pueden durar más tiempo que los calambres comunes.
- Calambres de origen electrolítico: Se producen por un déficit de minerales como el calcio o el magnesio.
- Calambres por medicamentos: El uso de ciertos medicamentos, el consumo de drogas o la ingesta de alcohol pueden provocar calambres musculares.
¿Por qué se producen los calambres en los pies?
Según los últimos estudios, la causa concreta de los calambres se debe a una hiperactividad de la placa motora, provocada por una alta demanda de los potenciales de acción de las fibras musculares. También se considera la deshidratación o la falta de irrigación sanguínea como posibles causas.
Principalmente, se producen tras realizar una actividad física exigente, ya sea deportiva o laboral, y suelen aparecer durante la noche. Otros factores que podrían contribuir a la aparición de calambres incluyen:
- Fatiga muscular.
- Sobreesfuerzo en la práctica deportiva.
- Deshidratación acompañada de una pérdida de minerales como el potasio o el calcio.
- Déficit de magnesio o calcio.
- Consumo de medicamentos.
- Enfermedades vasculares.
- Cirrosis hepática.
- Enfermedades endocrinas.
- Causas genéticas, aunque son mucho menos frecuentes.
Las zonas donde es más frecuente que aparezcan los calambres son los brazos y los miembros inferiores, especialmente en los pies.
Calambres en los pies y neuroma de Morton
Dolor en los pies, calambres en la planta del pie y molestias al usar tacones o calzado estrecho son síntomas que podrían indicar la presencia de un Neuroma de Morton.
El Neuroma de Morton se caracteriza por la degeneración y engrosamiento del nervio digital plantar, responsable de la sensibilidad en gran parte de la planta del pie y los dedos. Este engrosamiento suele ser causado por la compresión del nervio entre las cabezas de los metatarsos, en la zona almohadillada de la planta del pie.
Los pacientes con Neuroma de Morton experimentan un dolor similar a un calambre en el dorso o la planta del pie al comenzar a caminar. Este dolor puede intensificarse al usar calzado estrecho o tacones, que provocan una gran tensión en la musculatura de la parte posterior de las piernas. Esta tensión adicional en la zona de la almohadilla del pie puede favorecer la aparición del neuroma, generando un cuadro de dolor e inflamación.
Tratamiento de los calambres de los pies
Cuando aparece un calambre muscular o espasmo, se debe suspender inmediatamente la práctica deportiva que se esté realizando. Es importante realizar estiramientos y masajear la zona afectada casi de inmediato.
También es fundamental hidratarse, ya que la deshidratación suele ser una de las principales causas de los calambres. Tomar una bebida que contenga minerales puede ayudar si el calambre se debe a una falta de electrolitos, lo cual es bastante común.
Aplicar calor con packs térmicos o bolsas químicas puede ayudar a relajar el músculo de inmediato.
Una vez que el espasmo inicial ha pasado y el dolor comienza a disminuir, se puede aplicar frío utilizando diferentes métodos, como:
- Bolsa de hielo.
- Aerosoles refrigerantes.
- Compresas frías.
Es importante seguir hidratándose, pero es recomendable evitar el consumo de cafeína.
Prevenir los calambres de los pies
Los calambres en los pies suelen ocurrir durante la actividad física. Lo más recomendable es detenerse por completo, estirar y masajear la zona afectada, así como hidratarse adecuadamente.
Si los calambres son muy recurrentes, es posible que la causa esté relacionada con la dieta. En este caso, sería prudente consultar a un nutricionista, ya que podrían deberse a bajos niveles de calcio o magnesio.
Si el calambre ocurre mientras dormimos, debemos intentar estirar el músculo de manera intensa y prolongada hasta sentir alivio, y, como en los casos anteriores, hidratarnos.
Otros consejos para evitar los calambres en la medida de lo posible incluyen:
- Calzado adecuado: Usar un calzado cómodo, prestando especial atención a la anchura para evitar compresiones que puedan afectar a la musculatura, la vascularización e incluso los nervios.
- Actividad física moderada: Practicar deporte sin realizar grandes esfuerzos. Es importante no llegar a límites que puedan provocar calambres.
- Hidratación correcta: Mantenerse bien hidratado durante la actividad física y asegurarse de mantener los niveles adecuados de sales minerales.
- Dieta saludable: Evitar alimentos procesados y aumentar el consumo de alimentos ricos en potasio y calcio. Incrementar la ingesta de frutas y verduras, especialmente si somos personas activas.
- Ejercitar la musculatura del pie: Estirar y masajear la musculatura del pie, así como realizar ejercicios específicos para prevenir los calambres.
- Aplicar calor: Utilizar calor en el pie puede ayudar a relajar el músculo en las primeras fases del calambre.
- Descanso adecuado: Es importante descansar entre actividades deportivas para evitar que la musculatura del pie se fatigue y se produzcan calambres, ya que la fatiga es una de las principales causas de los calambres en los pies.
Fisioterapeuta en Jaén, Pablo Carvajal
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